Linkedin

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Usted tiene un plan financiero familiar?

Por Gabriel Noussan, Profesor del Área Académica Dirección Financiera yDirector Académico de Gerencia Funcional PDD

¿Cómo se hace para lograr un retiro con la tranquilidad de que tendremos fondos suficientes para costear nuestra etapa pasiva? Evidentemente, hay que ahorrar e invertir. Pero, ¿cuánto? ¿Cómo se fijan los objetivos financieros y cuáles son los instrumentos más idóneos para ello? La mayoría sabe que no se puede esperar mucho de la jubilación estatal. Y con la caída de las AFJP's, para algunos se acabó la única esperanza de un sistema relativamente eficaz. Todos, los jóvenes y los que no lo son tanto, saben que su futuro económico en la etapa pasiva depende casi exclusivamente de sí mismos. Pero son pocos quienes llevan adelante un Plan Financiero Familiar con objetivos de corto, mediano y largo plazo.

Para lograr esta meta Rifat Lelic, Director de Economía, Finanzas y Legales del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), señaló que las personas, en primer lugar, deben estar dispuestas realmente a planificar, implementar y controlar estrategias de ahorro.

«No es habitual que el argentino se dé cuenta de la importancia que tiene la planificación de sus futuros ingresos y egresos, la planificación de la educación de sus hijos, de su retiro, de sus inversiones, de sus riesgos, seguros, impuestos, y patrimonio. Conozco un Contador amigo que se destaca profesionalmente como experto en planes financieros de la empresa donde trabaja, nadie como él para planificar; la empresa le debe mucho de su éxito a las precisas planillas de pronósticos que mi amigo prepara, pero... él nunca ha hecho un plan serio de sus propios ingresos, egresos y propósitos. 'Tengo todo en la cabeza', dice. Yo tengo mis serias dudas...», relató.

¿Por qué no ahorramos?
Como comentó el profesional del ITBA, muchos argentinos no se detienen a pensar en la necesidad de asegurar adecuadamente, con los instrumentos que corresponde, su patrimonio o su vida para un futuro que siempre es incierto.

«Quieren a sus hijos como nadie pero, planificar, invertir en un seguro que pueda darles una vida llevadera en caso de que ellos falten, muchas veces, no forma parte de las prioridades», lamentó.

En su nuevo libro, 'Ser Rico es posible', Marcelo Elbaum, economista y Director de Convexity Asset Management, sostiene que los motivos por los que la gente no ahorra o ahorra de menos para la futura jubilación básicamente son dos: la distancia del objetivo y la subestimación de la expectativa de vida. Al respecto, el economista detalló: «El futuro se expresa a través de! pensamiento, mientras que el presente se manifiesta en la emoción. Por lo tanto, cotidianamente los deseos inmediatos le ganan con holgura a las metas de largo plazo. Esto es la distancia del objetivo. Por supuesto que cuando la crisis se instala ya es demasiado tarde. Por lo tanto, hay que ahorrar desde temprano».

Acerca de la subestimación de la expectativa de vida, Elbaum citó distintos estudios internacionales que dan cuenta que la gente suele pensar que vivirá menos años de los que indican las estadísticas. «Esta significa que gran parte de los futuros jubilados no poseen una estimación real de su expectativa de vida, y por lo tanto subahorran para su retiro».

Según Lelic existen tres palabras claves para manejar bien el dinero y tenerlas presentes siempre evita muchos dolores de cabeza: Realidad, Responsabilidad y Control. «Los recursos son siempre limitados, y si gastamos por encima de nuestras posibilidades nos chocaremos con la dura Realidad. Podemos hacerle mucho bien a nuestras familias y a nosotros mismos si nos comportamos responsablemente con el dinero, y finalmente, el control nos permitirá ahorrar ahora para cubrir necesidades futuras más adelante. Posponer gastos hoy puede parecemos intolerable, la presión hacia el consumo es realmente intensa, nuestro hijo será la persona más infeliz del mundo si no pagamos una fortuna por una camiseta 'oficial' de un equipo de fútbol, pero nuestros ingresos tienden a decaer a lo largo del tiempo y nuestros gastos a aumentar: educación, ayuda a nuestros hijos, y pagos por temas relacionados a salud nos preocupan», explicó.

Una vez tomada la decisión de ahorrar, el siguiente paso es consultar a un especialista en la materia: un planificador financiero, un estratega patrimonial, alguien que. según la definición de Walter Wörner, socio fundador de la Asociación Argentina de Estrategas Patrimoniales, «puede brindar orientación y asesoramiento sobre cómo lograr cubrir necesidades financieras futuras y cumplir aspiraciones asociadas, en general pero no exclusivamente, con el retiro».

Así, con la propia convicción y asesoramiento profesional se puede pensar en un plan financiero personal y familiar. Según Luis Merle, Director del Posgrado en Finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina (UCA), este plan debe ser una guía flexible que debe ajustarse de tanto en tanto para ir adaptándolo a cambios de la realidad y/o de los objetivos: «El plan debe ser una forma de trazar un camino que sirva como brújula, pero cuando los obstáculos o las cosas no previstas aparecen, es importante poder cuantificar y cambiar de dirección si es necesario».

En tal sentido, Sebastian Cendoya, Economista y Asesor Financiero Independiente, afirmó que es necesario realizar «el análisis y la planificación de las fuentes y usos de fondos personales a lo largo de los años, con el objetivo de lograr una mejora en la calidad de vida», situación que definió como «ausencia de deudas de incierta cancelación, ingresos suficientes, cierto nivel de holgura financiera que permite ahorrar e invertir, protección ante la incertidumhre, etc.».

Y agregó: «La planificación financiera familiar, busca asegurarnos que tendremos una vivienda más grande para cuando la familia crezca, que estaremos en condiciones de pagar una buena educación a nuestros hijos, que podremos contar con una buena cobertura de seguros y tener al mismo tiempo una adecuada cobertura médica, etc. En definitiva, es al mismo tiempo una brújula que nos muestra nuestro norte y un cuaderno de bitácora que nos dice si vamos en el camino correcto. Comprende decisiones tales como: la forma de financiación de nuestra vivienda, la elección de un leasing o un préstamo bancario para financiar la compra de un nuevo automóvil, la selección de instrumentos financieros en los cuales invertir nuestros ahorros, la constitución de un fondo para imprevistos tales como una crisis familiar, la pérdida de nuestro trabajo, un accidente, etc. En lo económico y financiero un jefe de familia previsor podría preguntarse: ¿qué cosas pueden cambiar que afecten la propia economía familiar? Pues muchas cosas pueden alterarse. Por ejemplo, los precios en general y los de la vivienda en particular: los alquileres, las variaciones en la oferta de préstamos hipotecarios y en sus tasas de interés: el costo de la cobertura médica, de las vacaciones, de los colegios, de los seguros; nuestra capacidad y compromiso por el ahorro, etc.».

Seguidamente, Lelic aconsejó: «La persona que se disponga seriamente a un esfuerzo de planificación deberá tener en cuenta la fundamental diferencia entre necesidades y deseos, tendrá también que proponerse metas específicas, susceptibles de ser medidas, no imposibles, y alcanzables en períodos concretos de tiempo. Tendrá que desarrollar una actitud de seguimiento y control cuidadoso de todos sus ingresos y egresos relevantes, acostumbrarse a presupuestar y a controlar presupuesto periódicamente. Si, por ejemplo, se trata de alguien que duda si pagó todas sus facturas de servicios o no, esa persona está muy lejos de tener la actitud necesaria».

Lelic apuntó otros dos factores clave para el éxito de la planificación: el tiempo y el conocimiento... «Tiempo de calidad, dedicado a pensar en soluciones para su dinero y la adquisición de conocimientos y capacidades en varias áreas de conocimiento que formen al individuo adecuadamente en temas relacionados con inversiones. Cursos ofrecidos en el área de 'Educación Continua' en Universidades tanto privadas como públicas pueden ser económicos y muy aprovechables».

Las crisis argentinas

Sabemos que planificar a largo plazo en Argentina parece una misión imposible. Pero, concretamente, ¿cómo influye una economía inestable como la argentina para lograr el propósito de disponer de fondos para solventar una jubilación sin angustias económicas?

Como razonó Noussan, del IAE Business School de la Universidad Austral, en nuestro país suele ocurrir que la situación de las personas es muy vulnerable en términos financieros: «Incluso aunque tengan una muy buena posición debido a un alto salario, sus ahorros suelen ser escasos: en cierta forma se debe que el alto nivel de vida les impide ahorrar y, además, se plantean si realmente en la Argentina conviene hacerlo, luego de haber sufrido diferentes embates sobre sus ahorros en el pasado. Es importante  llamar la atención para que la gente se dé cuenta de la importancia del tema y, al mismo tiempo, hacer un autodiagnóstico de la propia situación».

En la misma línea, Wörner consideró: «Operar en un marco de inseguridad jurídica e imprevisibilidad obviamente mínima confianza, que es el factor critico en la toma de decisiones, sobre todo las de largo plazo. Pero debemos ser realistas: si decidimos vivir - o seguir viviendo-, trabajar y formar una familia en la Argentina, debemos tomar decisiones considerando las 'particularidades' de la coyuntura y planificar considerando escenarios de alta incertidumbre. No hay opción, si consideramos el objetivo de independencia financiera. Es necesario ahorrar. Para el futuro, pero también para hacer frente a contingencias. Y diversificar el riesgo de las inversiones. La mayoría de las familias actualmente sólo pueden, en el mejor de los casos, generar un pequeño ahorro mensual. ¿Cuál es la alternativa a 'correr contra la inflación' y, como mínimo, mantener el poder de compra de los fondos acumulados? ¿Cómo lograr un rendimiento razonable considerando los costos de, por ejemplo, ciertas opciones bancarias disponibles para esta forma de ahorrar? Delegar en especialistas -obviamente participando en el proceso de decisión- la administración de nuestros ahorros y la presentación de nuestro patrimonio, y monitorear periódicamente el programa».

Alejandro Menéndez Behety, es Profesor del Curso de Finanzas Personales de la Escuela de Negoc
ios de la UCA.
Para este profesional una economía inestable como la argentina conspira contra la confección y ejecución de un adecuado plan financiero por dos vías: «Por un lado porque la constante aparición de situaciones imprevistas nos obliga a rediseñar el plan demasiado frecuentemente y en ese sentido se termina mirando sólo el corto plazo y olvidándose del largo plazo. Por otro lado, porque cambios tan radicales de las reglas de juego muchas veces provocan que los vehículos de ahorro o de protección sufran alteraciones que los inhabilitan a cumplir con el objetivo prefijado y uno queda desanimado a seguir invirtiendo en su propio futuro».

Más adelante, Lelic expresó que la volatilidad argentina debe asumirse como un elemento más del análisis financiero: «En Argentina hay largos períodos de relativa estabilidad seguidos por crisis y nuevos períodos de relativa estabilidad. Baste ejemplificar los años en los que el I a 1 era relativamente sostenible, o los cuatro o cinco años que siguieron a la crisis del 2001-2002. No somos tan distintos al resto del mundo.
tal vez nuestras crisis sean más duras pero uno de los principales motivos por lo que las vemos así es porque nos ocurren a nosotros. Lo que en realidad sucede es que el individuo debe tener en claro que cualquier estrategia que lleve adelante con respecto a su dinero deberá permanentemente ajustarse con sintonía fina a medida que pase el tiempo o incluso deberá estar atento a golpes de timón importantes. Obviamente ni la sintonía fina ni los golpes de timón son posibles si está distraído, mirando para otro lado, cansado por sus muchas horas de trabajo, o no dispuesto a darle a la administración de su dinero el tiempo y el respeto que se merece. No hay estrategias estáticas que sirvan, ni planes 'todo terreno' aunque, desde luego, diversificación y prudencia no suelen ser malas ideas».

Lelic también instó a no sólo considerar lo negativo sino tomar lo positivo de nuestras crisis: «La crisis de Enron y la más reciente inmobiliaria y fianciera de la que se está saliendo ahora, tampoco fueron muy tranquilizantes para los americanos que tratan de proteger su patrimonio e incrementarlo igual que los argentinos. En todo caso, nuestra mayor inestabilidad la tenemos que convertir en un desafío. Tener que manejar un automóvil en Buenos Aires nos ha hecho mejores conductores a la fuerza, somos capaces de reaccionar bien ante dificultades de manejo que no están presentes en otras ciudades. También podemos manejar mejor nuestros patrimonios y no esperar cambios milagrosos en nuestra forma de ser, en nuestras instituciones y en nuestros políticos (reflejo directo de nosotros mismos, aunque no nos guste), que serán en el futuro indudablemente mejores de lo que son hoy, pero ello ocurrirá más allá de nuestro período de vida. La inestabilidad es indudablemente una preocupación real y fundada de los argentinos, pero también es una excusa para no planificar ya que 'en este país... '. Por otra parte, la inestabilidad no viene de otra galaxia, la mos construyendo los argentinos día a día con acciones y omisiones. Cuanto mayor es la inestabilidad mayor es la necesidad de planificación).

Los gastos en la Etapa Pasiva

Resulta de vital importancia determinar el ingreso que se va a necesitar durante la jubilación. De esta manera se sabrá cuánto se debe ahorrar para mantener el estilo de vida deseado. Para algunos especialistas, la tasa de sustitución del salario en la etapa activa que debería suplir la renta al retiro debería rondar el 70% del primero. Pero para los profesionales consultados la tasa de sustitución de sueldo en la edad madura debiera ser de 1 a 1 ya que si bien disminuyen algunos gastos asociados a vestimenta y esparcimiento, los de vivienda se mantienen, y los de salud crecen exponencialmente.

Al respecto, Elbaum dijo: «Una de las reglas generales es que se necesita entre el 60% y 80% del ingreso que se tenía antes de jubilarse. Pero si se espera tener mayores gastos, como por ejemplo realizar viajes con asiduidad en los primeros años del retiro, posiblemente se necesite un porcentaje mayor».

Según el profesional, el nivel de renta que se logre al retiro depende de varios factores:
a) el ritmo al que se acumuló la riqueza previa a la jubilación,
b) el ritmo al que se sustituyó una fuente de ingresos (laboral) por otra (la que resulta producto de los ahorros e inversiones),
c)  la tasa de crecimiento de los gastos de consumo en los años próximos al retiro.

Y expuso: «Algunas personas mantienen un índice constante de crecimiento en su consumo antes del retiro y lo incrementan rápidamente una vez que se jubilan, sobre todo en viajes y diversiones. Por el contrario. los acumulan riqueza y sustituyen sus fuentes de ingreso a un ritmo más lento. En general, son quienes no hacen previsiones para el retiro incluso cuando éste ya está muy próximo. Estos, en general, viven de la jubilación estatal, que sirve de muy poco, de algunos ahorros que se terminan rápidamente y luego tienen que mendigar a sus hijos un poco de ayuda. En el medio, otras personas se ubicar, entre estos dos extremos: en general van bajando sus gastos antes de jubilarse y al momento del retiro bajan el consumo de una manera drástica para luego estabilizarse».

«Es difícil hablar de tasa de sustitución -analizó Daniel Ibarra, Profesor del Curso de Finanzas Personales de la Escuela de Negocios de la UCA-, pero en términos generales una persona debiera buscar para vivir bien durante su etapa pasiva, generar un capital que le, permita en términos constantes, obtener un flujo de fondos con el que pueda sostener un nivel de vida acorde a esta nueva etapa. En este sentido, lo conveniente es proyectar cuáles serán sus actividades futuras, valorizarlas, y ver cómo financiarlas en términos de fondos propios y jubilación estatal».

Por su parte, Lelic subrayó: «La persona no debiera esperar que su retiro provenga de sistemas previsional y, los mismos inevitablemente tenderán a colapsar por el envejecimiento de la población, cada vez menos tendrán que pagar para más. Esto sin considerar las posibles manipulaciones de los fondos mencionados. Los individuos deben buscar las maneras de autofinanciar su retiro a través de inversiones conservadoras en los últimos años de su vida. Por otra parte, el retiro debe postergarse lo más posible y desarrolla capacidades flexibles que permitan adaptarse a tareas laborales de menor exigencia pero realizables. Estas tareas no deben imaginarse solamente como de gran aporte intelectual como consultoría o asesoramiento. Muchas posiciones de menor exigencia intelectual pueden obtener remuneración: ¿O acaso usted no pagaría bien a alguien que acompañara a sus padres en su edad madura?».

-
Sebastian Cendoya "Mi trabajo es analizar los pasos que una persona debe dar para diseñar una estrategia que sirva para cumplir el objetivo de llegar al retiro con la tranquilidad de tener un flujo de fondos suficientes para vivir sin sobresaltos económicos."