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martes, 2 de abril de 2013

Argentina, cuando el ladrillo no siempre es refugio

Dada la fluctuante historia económica argentina, el sentido común y la creencia popular nunca han dejado de repetir la máxima de que no hay inversión más segura y conveniente que una casa o departamento para resguardar nuestros ahorros.


Pero un estudio de los economistas Dick Schefer y Roberto Cachanosky es muy revelador a la hora de abordar esta creencia. Los analistas establecen una comparación entre la evolución del metro cuadrado y los precios de las acciones, tanto argentinas como internacionales. En el primer caso, se establece una correlación casi exacta en las fluctuaciones de ambos ítems a partir de una base 100 desde 1980, compartiendo alzas y bajas (a grandes rasgos, desplome de los precios entre 1982 y 1988, alza durante la década de los ’90, baja durante la crisis de 2001 y recuperación a lo largo de esta década, para terminar a razón de 70 puntos). Ahora al comparar el valor del suelo con el desempeño de las acciones de los mercados desarrollados, éstas muestran un desempeño que sobre la misma base 100 registra una leve baja en 1982 (crisis de la deuda), pero luego, a pesar de registrar alzas y bajas (crisis asiática, burbuja puntocom y hasta la última crisis), la curva es principalmente ascendente hasta los actuales 160 puntos.


Si bien no se desaconseja la compra de una primera vivienda, el ladrillo como inversión no se presenta especialmente como la mejor alternativa si la intención es aumentar capital. En este caso, es aconsejable alocar una parte de los recursos del portafolio en acciones internacionales, que tienden a seguir la tendencia graficada.