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jueves, 17 de junio de 2010

Caída en la Desigualdad de América Latina. ¿Fuerzas del mercado o Acciones del Estado?

La desigualdad de ingresos en América Latina ha disminuido constantemente en los últimos años, tras haber aumentado a lo largo de la década del 90’. En este estudio, vamos a entender cuáles fueron sus causas.

América Latina siempre se destacó por su gran desigualdad de ingresos (véase, Ferranti et al. 2004). Con un coeficiente Gini de 0,53 a mediados de la década de 2000, América Latina fue el 18% más desigual que África, el 36% más desigual que Asia Oriental y el Pacífico, y un 65% más desigual que los países de altos ingresos.

Pero luego de haber aumentado a lo largo de la década de 1990, la desigualdad del ingreso en América Latina disminuyó en forma sostenida entre 2000 y 2007. Esto está en marcado contraste con las tendencias experimentadas en, por ejemplo, China, India y Sudáfrica. De los 17 países de América Latina de los que se tienen datos comparables, 12 experimentaron una disminución de su coeficiente de Gini (Figura 1). La disminución media de los 12 países fue del 1,1% al año. Aquí se presentan los resultados de un estudio a fondo de la Argentina (urbano), Brasil, México y Perú (López-Calva y Lustig 2010). Este estudio es uno de los primeros intentos de entender por qué la desigualdad ha disminuido en América Latina desde 2000,1

Figura 1. Variación porcentual del coeficiente de Gini por país, 2000-2006



Fuente: Cálculos de los autores con datos de SEDLAC (julio de 2009). Nota: El uso bootstrap errores estándar, los cambios en Guatemala, Nicaragua y Venezuela no fueron estadísticamente significativos al nivel del 95% y se representan las líneas horizontales en los bares.

Los cuatro países que analizamos se pueden considerar una muestra representativa de países de ingresos medios en América Latina. La muestra incluye:

Uno de los cinco países más desiguales de América Latina (Brasil);
Un país tradicionalmente de baja desigualdad, que ha sido testigo del mayor incremento en la desigualdad de la región en las últimas tres décadas (Argentina);
Tres de los países más grandes de la región en términos de población y PBI (Argentina, Brasil y México);
Dos de los países más innovadores, con transferencias en efectivo condicionadas a gran escala (Brasil y México);
Un país con una gran población indígena (Perú). En 2001 alrededor del 37% de la población del Perú era indígena (Maldonado et al. 2006).
Los cuatro países han experimentado importantes reformas orientadas al mercado en la década de 1990 (en el caso de México, desde la década de 1980). En particular, el comercio y la inversión extranjera se liberalizaron, muchas empresas estatales fueron privatizadas, y, en general, los mercados fueron desregulados. Los cuatro países también sufrieron grandes crisis macroeconómicas entre 1995 y 2006 y, con excepción de Argentina, han aplicado políticas fiscales y monetarias prudentes, en particular, en términos generales desde el año 2000. En 2003, tras el auge de los precios de los productos básicos, Argentina y Perú comenzaron a beneficiarse de condiciones muy favorables del comercio y como resultado, ambos países gozan de alta tasas de crecimiento per cápita entre 2003 y 2006 (7,8% y 5,2% por año, respectivamente) . En cambio, el PBI per cápita fue modesto en Brasil y México (2,7% y el 2,8% anual, respectivamente). (Ver los datos de base de datos de WDI, Banco Mundial 2009).

¿Qué causó la caída de la desigualdad?
Dos factores principales parecen ser determinantes de la disminución de la desigualdad en Argentina, Brasil, México y Perú durante la última década. La primera fue una disminución de la brecha salarial entre los trabajadores altamente calificados y poco calificados-(Figura 2), el segundo fue un aumento de las transferencias del gobierno a los pobres.

Figura 2. Rentabilidad de la educación



Fuente: para Argentina, Brasil y el cálculo de los autores del Perú con los datos de SEDLAC (julio de 2009). Para México, véase López-Acevedo (2006). Nota: Los coeficientes de primaria y secundaria sobre la variable omitida (primaria incompleta o sin educación) para el total de hombres que trabajan.

La disminución de la brecha de ingresos, parece ser, el resultado de la expansión de la educación básica durante el último par de décadas, que redujo sustancialmente la proporción de personas con escolaridad primaria y sólo menos de primaria en la fuerza laboral (Figura 3). Otra explicación podría ser también la disminución de gente calificada, causado por los cambio de mercado de la década del 90´ que se asoció con la apertura del comercio y las inversiones, beneficiando de manera desproporcionada a las personas más instruidas. En cualquier caso, en los últimos diez años la mejora en la educación ha sido la fuerza dominante para cambiar la desigualdad (véase Tinbergen 1975 y Goldin y Katz 2008).

Figura 3. Composición de la población adulta por nivel educativo



Fuente: Cálculos de los autores con datos de SEDLAC (julio de 2009).

La contribución en la distribución más equitativa por parte del gobierno parece estar asociada con la implementación o expansión de grandes programas de transferencias monetarias condicionales en Argentina (Jefes y Jefas de Hogar), Brasil (Bolsa Escola / Bolsa Familia y BPC) y México (Progresa / Oportunidades) y con las transferencias en especie en el Perú (ver Fiszbein et al. 2009 y López-Calva y Lustig 2010).

Conclusiones

La teoría económica nos dice que la coexistencia de los mercados de capitales imperfectos y las indivisibilidades de inversiones implica que las fuerzas del mercado en América Latina probablemente produzcan y mantengan la desigualdad a menos que la acción gubernamental iguale las oportunidades y los resultados (véase Kahhat 2010). Además, estos países pueden beneficiarse de la redistribución no sólo mediante mejoras en la igualdad, sino también a través de la mejora en el crecimiento.

Un análisis de la Política-económica sugiere que el impulso redistributivo reciente puede ser una consecuencia del fortalecimiento de la democracia (véase Robinson 2010). Por otra parte, existe cierta evidencia de que los regímenes democráticos sociales de izquierda han sido más eficaces para reducir la desigualdad y la pobreza que la no-izquierda(o derecha) y la izquierda radical (Lustig y McLeod 2009). Pero consolidar el impulso redistributivo requerirá una transición del clientelismo a la política programática.

Para ello, será esencial ayudar a los desposeídos para movilizar y actuar colectivamente a través de los partidos políticos, así como promover el fortalecimiento de las legislaturas y la restricción de los poderes presidenciales. La experiencia de los países avanzados nos muestra que la equidad sostenida en el tiempo requiere un esfuerzo permanente de redistribución a través de los impuestos sobre la renta progresiva y la distribución de la riqueza y de los ingresos(ver Alvarado y Piketty 2010). También encontramos que la política fiscal progresiva es coherente con la prosperidad.

Referencias

Alvaredo, Facundo and Thomas Piketty (2010), “The Dynamics of Income Concentration in Developed and Developing Countries: A View from the Top”, in Luis F Lopez-Calva and Nora Lustig (eds.), Declining Inequality in Latin America: a Decade of Progress?, Brookings Institution Press and UNDP.

de Ferranti, David, Guillermo Perry, Francisco Ferreira, and Michael Walton (2004), “Inequality in Latin America. Breaking with History”, World Bank.

Fiszbein, Ariel, and Norbert Schady with Francisco H. G. Ferreira, Margaret Grosh, Nial Kelleher, Pedro Olinto, and Emmanuel Skoufias (2009), “Conditional Cash Transfers: Reducing Present and Future Poverty”, Policy Research Report, World Bank.

Goldin, Claudia, and Lawrence Katz (2008), The Race between Education and Technology, Belknap Press of Harvard University Press.

Kahhat, Jaime (2010), “Labor Earnings Inequality: The Demand for and Supply of Skills”, in Luis F Lopez-Calva and Nora Lustig (eds.), Declining Inequality in Latin America: a Decade of Progress?, Brookings Institution Press and UNDP.

Lopez-Acevedo, Gladys (2006), “Mexico: two decades of the evolution of education and inequality”, World Bank Policy Research Working Paper 3919, May.

Lopez-Calva, Luis F and Nora Lustig (2010), “Explaining the Decline in Inequality in Latin America: Technological Change, Educational Upgrading and Democracy” in Luis F Lopez-Calva and Nora Lustig (eds.), Declining Inequality in Latin America: a Decade of Progress?, Brookings Institution Press and UNDP.

Lopez-Calva, Luis F and Nora Lustig (eds.) (2010), Declining Inequality in Latin America: a Decade of Progress?, Brookings Institution Press and UNDP.

Lustig, Nora and Darryl McLeod (2009), “Are Latin America’s New Left Regimes Reducing Inequality Faster?” Addendum to Nora Lustig, “Poverty, Inequality, and the New Left in Latin America”, Woodrow Wilson International Center for Scholars.

Maldonado, Stanislao and Vanessa Ríos (2006), “Más allá de la igualdad de oportunidades: Desigualdad de ingresos, responsabilidad individual, y movilidad social en el Perú”, Informe Final. Lima: Consorcio de Investigación Económica y Social / Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación.

Tinbergen, Jan (1975), Income Distribution: Analyses and Policies, North- Holland Publishing Co.

Robinson, James (2010), “The Political Economy of Redistributive Policies”, in Luis F Lopez-Calva and Nora Lustig (eds.), Declining Inequality in Latin America: a Decade of Progress?, Brookings Institution Press and UNDP.

1 The authors are Leonardo Gasparini and Guillermo Cruces for Argentina; Ricardo Barros, Mirela Carvalho, Samuel Franco and Rosane Mendonça for Brazil; Gerardo Esquivel, Nora Lustig and John Scott for Mexico; and, Miguel Jaramillo and Jaime Saavedra for Peru.

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