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martes, 9 de noviembre de 2010

Conyuntura Económica-Política Presente y Futura

Aunque pueda parecer obvio, valdría la pena remarcarlo.

La incertidumbre política supera con holgura a la económica en la Argentina de estos días.

La muerte del ex presidente Kirchner abre un abanico de posibilidades impensado hace diez días atrás.

La marcha de la economía, como siempre, presenta riesgos, pero hay viento de cola en el mundo que sigue soplando a favor de la Argentina.

Estados Unidos anunció ayer que inyectará en los mercados US$ 600 mil millones más desde ahora hasta fines de 2011 en el intento de reactivar su economía.

Y, simultáneamente, ratificó que su tasa de interés de referencia se mantendrá entre 0% y 0,25%.

En otras palabras dijo que está dispuesto a mantener muy baja la tasa de interés para favorecer la toma de crédito en su país y a nivel mundial.

La historia reciente indica que, después de la crisis de la burbuja inmobiliaria de 2007 en EE.UU, cada vez que bañó de dólares al mundo, subieron los precios de las materias primas.
Para la Argentina, ese resultado tiene un efecto significativo: EE.UU. inunda de dólares a los mercados y sube el precio internacional de la soja y de los granos.

No es sólo la abundancia de dólares, con la consiguiente caída frente a otras monedas, la que está favoreciendo la recuperación de los precios de las principales exportaciones argentinas.

La demanda de granos, aceite y petróleo de China, sequía en zonas de EE.UU. y Canadá y Brasil, que no para de crecer, son algunos de los principales argumentos del viento de cola que viene desde afuera.

Los locales, están asociados al aumento de la producción que el campo está previendo para la presente campaña.

Así, el horizonte de solidez en el frente externo se va extendiendo y el año próximo no debiera presentar grandes problemas en ese aspecto.

Aunque, como todo año electoral, el próximo estará sujeto a las expectativas sobre lo que pueda sobrevenir política y económicamente a partir de 2012.

La contracara de la fortaleza del frente externo de la mano de la suba de los granos es la presión alcista sobre los precios de los alimentos.

Sólo el ministro Boudou debe pensar que la inflación es un problema que afecta más a los de arriba que a los de abajo.

Y ni el ministro ni nadie dentro y fuera del Gobierno avala aumentos salariales, de jubilaciones o de las Asignaciones por Hijo en función de la inflación oficial.

Desde hace tiempo que las principales variables económicas ( con excepción del precio del dólar y las tarifas domiciliarias de luz y gas) se mueven a un ritmo cercano o superior al 20% y no al 10% que marcan los índices oficiales.

Mientras Boudou minimizaba el problema de la inflación y el golpe al bolsillo que implica, el secretario Guillermo Moreno decía que cada punto de inflación representa para el Estado argentino 1.500 millones de dólares.

En un acto de sinceridad brutal, Moreno habló de ese ahorro fiscal (al no tener que pagar en su totalidad la renta de los bonos indexados por la manipulación de los índices del INDEC) como un dato de peso para el ahorro público.

Las opiniones de los funcionarios sobre temas sensibles siempre fueron muy medidas ante el temor a los retos de Kirchner. Ahora, ante la ausencia de quien aplicaba los correctivos, los operadores económicos esperan para ver si es el ministro Julio De vido quien asumirá parte de esa tarea.

La Presidenta ratificó que se mantendrá el rumbo económico pero poco se sabe aún sobre modificaciones en la forma de manejar el día a día y los controles.

Será necesario tiempo pero, mientras tanto, el Gobierno cuenta con la ventaja de que las condiciones mundiales son buenas para la Argentina.

Un dato que los marca es que hasta hace poco el Estado no podría haber conseguido crédito afuera a menos del 10% anual.

Hoy una empresa privada como Arcor (los privados siempre pagan más caro) lograría US$ 200 millones pagando 7,5%.

Como suelen decir en broma los economistas en las mesas de café, que la economía argentina no crezca sería como hacer chocar una calesita. Pero la inflación no es chiste. Es un problema serio.

El año electoral

Una demanda creciente de alimentos y el aumento en la producción del campo hacen prever un 2011 sin grandes problemas. Sin embargo el aumento en las cotizaciones de los granos significa una mayor presión alcista sobre los precios de los alimentos.

El año electoral estará sujeto a la expectativas de lo que pueda sobrevenir políticamente. Cristina Kirchner dijo que mantendrá el rumbo pero poco se sabe sobre las modificaciones en la forma de manejar el día a día.

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